Ana Macías es la artista que se esconde bajo el seudónimo ‘Soy cardo. Sus primeros dibujos cobraron vida en un momento estresante de su vida cuando se preparaba para los exámenes de la carrera de periodismo.  Sus ilustraciones retratan dramas de la vida moderna, amores que gustan y que duelen, situaciones cotidianas que experimenta en sus propias carnes y que consigue llevar al extremo con su humor pintoresco. Desde el portal hemos contactado con ella para conocer sus locas aventuras como vecina de una comunidad y lo que más nos ha llamado la atención es su tono desenfadado y su buen ingenio.
Como vecina de tu comunidad, ¿alguna vez has tenido algún conflicto vecinal? ¿Cuál?

He vivido en varias casas porque comparto piso y me he encontrado de todo. Cuando vivía en Getafe, mis vecinos eran Sheldon Cooper, un porreta y un cani, pero no solían montar movidas. Era todo bastante tranquilo. En el piso en el que estoy ahora, en Madrid, sí que ha habido lío. Una vez un vecino cortó el agua de todo el edificio porque le dio la gana. Los Erasmus del cuarto practican sexo demasiado fuerte y los chinos del segundo son bastante secos. Una comunidad muy variada.

-Eres artista y representas ilustraciones que evocan situaciones cotidianas, ¿alguna vez te has inspirado en alguna historia personal que hayas tenido con algún vecino?

Suelo dibujar situaciones que me ocurren a mí o que escucho en el metro, en la calle, etc. No soy muy de hacer migas con mis vecinos. De hecho, ni hablo del tiempo en el ascensor. Solo miro al suelo. De todas formas, no descarto en un futuro hacer viñetas de los chinos propietarios de un salón de belleza (de pies) o de los Erasmus “fuckers”.

-Imagino que como inquilina habrás vivido mil y una historias con tu casero/a, ¿qué es lo más curioso que te ha pasado? 

 Mis caseros siempre han sido puro amor. Se han preocupado cada vez que hemos tenido un problema y han sido bastante respetuosos. No obstante, al casero de mi casa actual le pedí si me podían comprar un espejo para la habitación y me contestó que el del váter era bastante grande y que me podía ver ahí. Desde hace 6 meses me miro en el espejo subida al váter.

-Si te tocara ser presidenta de la comunidad,  ¿qué sería lo primero que harías? 

 Hacer una junta y empezar diciendo: soy Ana Cardo, presidenta de la comunidad. Luego repartiría a los vecinos unos bombones rancios de los que te regalan en Navidad cuando no saben qué darte. Esa sería mi primer alegato, sin duda.

 -¿Y lo último?

 Poner flores artificiales en la entrada.

-Hoy en día tenemos apps para todo, ¿imaginas cómo sería una aplicación para gestionar la comunidad de vecinos con un sólo dedo?

 Me encantaría, porque sería muy cómodo poder gestionar los trámites farragosos de la comunidad. Pero seguramente si hubiera un chat interno los vecinos se criticarían entre ellos a través de la app.

-¿Cómo crees que sería? 

 Ya me imagino las conversaciones de la gente. “El que haya pegado un moco en el espejo del ascensor que lo recoja, por favor”. Y el mensaje acompañado de una foto del delito, claro.

-Hace tiempo publicamos un post sobre amores de escalera, ¿alguna vez has tenido alguno? 

 El otro día había una chica –del piso de los Erasmus– en la cocina y yo en la mía cenando. Las casas están muy pegadas, así que me vio, se me quedó mirando y me saludó. Ese es el máximo gesto de sociabilidad que he vivido en mi comunidad.

-¿Cómo te imaginas una finca 3.0 dentro de 20 años? 

Me la imagino con un robot que viniese por las noches a recogerme la bolsa de la basura.

 

 

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