Luis Mateo Pla ha sido presidente de su comunidad de vecinos durante los últimos once años. Es la voz representante de un pequeño grupo de doce familias entre las que se encuentran todo tipo de perfiles pero donde la simpatía, la solidaridad y la tolerancia son los pilares que le han permitido a Luis estar más de una década al frente de su comunidad, sin haber sufrido apenas altercados y manteniendo la amistad de sus vecinos.

Desde Administrador de Fincas hemos contactado con él y nos hemos acercado a conocer cómo es esta finca donde Luis nos demuestra que los años de experiencia no son nada, si no están ligados a una actitud afable, positiva y paciente.

¿Por qué decidiste presentarte como presidente de tu comunidad?

Pues la verdad es que no decidí yo, sino que fueron mis vecinos quienes me votaron. En principio, y al ser una comunidad tan pequeña solíamos intentar que cada año se presentara un voluntario de cada apartamento. Sin embargo, ese año se reunieron varios factores por lo que aquellos a quienes les tocaba no podían hacerse cargo de esta responsabilidad. Lo más lógico hubiera sido que se saltará hacia el siguiente apartamento, pero estos tampoco se encontraban conforme.

Al ser una comunidad tan pequeña, buscamos en lo posible evitar los enfrentamientos innecesarios, por lo que decidimos realizar una votación. Años atrás mi padre ya había sido presidente, y uno muy bueno para ser sincero, los vecinos lo votaron a él pero al ser ya una persona mayo, yo ocupe su puesto.

Tengo entendido que en un primer momento este no era el apartamento donde vivías, sino que te trasladaste más tarde desde una antigua vivienda, ¿tuvo algo que ver con el clima de la comunidad?

Bueno, en cierta forma. La verdad es que se juntaron muchos factores. Yo, por aquel entonces, vivía con mi pareja y estábamos esperando un niño. A su vez, mis padres ya se habían jubilado los dos y al poseer un piso en la playa y otro en la ciudad -donde vivía yo- decidieron “prestarnos” temporalmente esta casa la cual se  ha acabado convirtiendo en nuestro hogar.

Creo que más que en el traslado a la vivienda, lo que sí que ha conseguido el clima afable de la comunidad es que nos hayamos asentemos y decidido desarrollar nuestras vidas aquí.

¿Por qué continuaste siendo presidente?

La verdad es que esta responsabilidad es un engorro en comunidades muy nuevas o que por su antigüedad y mal mantenimiento dan problemas. Este edificio se ha preservado bastante bien y, salvo algún incidente fortuito, con la ayuda del administrador mis funciones se quedan reducidas a contactar con él. También tengo que remarcar que la buena relación entre los vecinos así como las capacidades del administrador hacen que se logren soluciones en, relativamente, poco tiempo. Hemos tenido mucha suerte en ese sentido.

Por lo que, y respondiendo a tu pregunta, he continuado siendo presidente porque me gusta colaborar y el ambiente de nuestra comunidad es excepcional lo cual ayuda mucho a la hora de tomar decisiones o proponer proyectos.

Por lo que me has contado supongo que la relación con el administrador es muy buena, ¿ha sido siempre así?

Si te soy sincero, no. Cuando llegue a la comunidad, no tenía muy claro cómo funcionaban las cosas. Mi padre había sido presidente pero yo nunca me había preocupado por lo que él hacía. Cuando comencé mis funciones como presidente, mis padres me advirtieron de que la relación con el administrador era un poco tensa. Tensa era poco.

El administrador era familiar de un vecino y para no tener problemas con él, nadie decía nada. Ante esa situación solo me quedaba seguir aguantando o cambiar las cosas, decidí hablar con el susodicho vecino y tras varias charlas, logre hacerle comprender la situación y acepto que se tenía que cambiar de administrador. Este hecho me dejo muy marcado, ya que estoy seguro que en cualquier otra comunidad esto hubiera sido motivos de malos royos.

Y bueno, con el nuevo administrador la situación es estupenda. Nos lo recomendó la amiga de una vecina y, la verdad, es que ha sido todo un acierto.

Claramente a esta comunidad le queda poco por mejorar, pero ¿cómo sería para ti una comunidad ideal?

No sabría decirte. Lo que le gustara a uno, le parecería mal a otro. Está claro que una comunidad donde el presidente, el administrador y los vecinos dejen claras sus intenciones y peticiones funcionara mucho mejor. Y para ello, siempre es aconsejable apoyarse en las nuevas tecnologías, que permiten rentabilizar y agilizar los trámites como el uso de las aplicaciones móviles, que hoy en día facilitan la vida a cualquiera.