Hogares Compartidos se trata de un programa de acompañamiento social a las personas mayores en viviendas tuteladas. Esta iniciativa se desarrolla en Valencia, aunque se ha impulsado también en muchas otras ciudades españolas, y tiene como objetivo facilitar hogares para personas de la tercera edad o con escasos recursos económicos. Para conocer más sobre esta experiencia y sus características hemos hablado con una de sus impulsoras,  Amparo Azcutia.

¿Cómo surge el proyecto Hogares Compartidos?

El proyecto nace hace cuatro años cuando detectamos que había personas mayores que cobraban pensiones no contributivas, no llegaban a fin de mes y no tenían vivienda en propiedad. Nace para cubrir esa necesidad. Nos unimos dos personas, mi compañera Pilar Pardo que viene de la experiencia de haber sido directora de una residencia de personas para la tercera edad. Y, por mi parte, mi experiencia como trabajadora social, trabajando muchos años con colectivos en exclusión social.

¿Cómo acogen las comunidades de vecinos este tipo de iniciativas?

Los hogares los tenemos en distintas zonas, exceptuando una finca donde sí que tenemos tres hogares. La verdad es que hay muy buen acogimiento. De hecho, algunas de esas viviendas antes eran utilizadas para estudiantes y los propietarios y los vecinos han agradecido que, por fin, haya una estabilidad en la vivienda. Nosotros, de alguna manera, lo que aportamos es tranquilidad.

¿Cómo se realiza la selección de las personas que vivirán en esas viviendas?

Ellas primero se ponen en contacto telefónico con nosotros directamente  o a través de trabajadores sociales de los centros sociales del Ayuntamiento, los servicios de Infovivienda del Ayuntamiento, los centros de salud u hospitales. Después de una primera entrevista telefónica, si son perfil de Hogares Compartidos, por edad o por circunstancias personales, ya se les convoca una reunión en la propia vivienda donde se va a realizar el hogar. En esta reunión se informa más detalladamente de cuál es el programa de acompañamiento social y se les requiere una serie de documentación. A partir de ahí, hacemos entrevistas individuales en profundidad en las que se valora quien es el mejor candidato para participar en el programa.

¿Cómo son estos pisos? ¿Qué los caracteriza?

En principio son pisos de cuatro habitaciones, tiene que tener ascensor y, a poder ser, rampa. Intentamos que haya duchas en vez de bañeras, que tengan sus asideros para evitar caídas. Que sean habitaciones dignas. De hecho, una de las grandes demandas de Hogares Compartidos es que necesitamos viviendas porque tenemos mucha más demanda que posibilidades para ofrecer hogares.

¿Habéis tenido algún problema en la comunidad? ¿Cómo lo solucionasteis?

Detectamos la necesidad en un ascensor que no cumplía la normativa y había causado daños a una de las personas mayores que atendemos porque no tenía sensor. Intentamos hablar con el administrador para solucionar el problema y, finalmente, se solucionó.

¿Cuál sería vuestra comunidad de vecinos ideal?

Sería aquella en la que tuvieran cierta sensibilidad con las personas mayores porque sí que se establecen, en determinadas viviendas, una relación con la vecindad muy positiva porque son conscientes de la realidad de estas personas mayores con las que trabajamos. Entonces, les ayudan en cosas tan cotidianas como a abrir las puertas, subir las bolsas o tirar la basura… Una comunidad donde haya humanidad.