Jose Luis Gil, el presidente más conocido de una comunidad de vecinos como la de Aquí no hay quien viva o La que se avecina, abandona temporalmente las inmediaciones de Montepinar para vestirse con arapos, botas altas de piel, sombrero y capa y armarse con su espada, cuyo fin es encarnar a un personaje clásico, súper conocido por los espectadores, Cyrano de Bergerac. Una representación teatral llena de vida y dinamismo, en la que interpreta a su protagonista, acompañado de un elenco de personajes fabulosos entre ellos, el actor valenciano Álex Gadea.

Desde el portal hemos tenido ocasión de hablar con él y hacer un repaso por su trayectoría profesional. Echando la vista atrás, confiesa, que nunca se imaginó nada. «Simplemente quería dedicarme a ser actor o al menos intentarlo, pero nunca me fijé ninguna meta porque ya es suficiente frustrante la profesión como para además añadirle retos imposibles, que si después no logras suponen una frustración para ti», explica.

Haciendo un repaso a sus comienzos, nos cuenta que el teatro fue su cuna. Fue el lugar donde arrancó esta aventura que a día de hoy le ha llevado hasta aquí. «Desde muy pequeño estudié arte dramático porque sentía la necesidad de ser actor, me gustaba esa doble sensación que solo esta profesión te da, la de sufrir y disfrutar por igual. Porque el teatro tiene esa doble vertiente que te engancha y todo aquel que la prueba, termina atrapado en ella«, relata.

Pero pese a su popularidad, Jose Luis se muestra muy humilde y reconoce que su caso es una excepción, que la mayoría de actores son de pico y pala. «Hoy en día tener la oportunidad de escoger entre varias ofertas de lo que quieres trabajar dentro del mundo artístico francamente es de agradecer y yo me siento enormemente satisfecho».

¿Enrique Pastor encontrará al fin el amor en su comunidad?

Por supuesto, le preguntamos por la trama de LQSA pero no puede anticipar nada, como nos temíamos. Y de una forma simpática y chispeante nos recuerda que con esta serie televisiva ocurre lo mismo que con cualquier otra de ficción como puede ser Juego de Tronos o Stranger Things, que no desvelan nada y dejan incógnitas al final de cada capítulo para que los espectadores continúen el argumento de la historia y no se suelten. Así que aunque, nos dice, que nunca ha vivido en una comunidad tan loca como la de Montepinar, nos quedamos con la incertidumbre de saber si Enrique Pastor finalmente se volverá a enamorar y si triunfará su relación con ella.

Mientras tanto, el actor se encuentra completamente inmerso en la piel de Cyrano, quien vive un romance imposible a través de los ojos del hombre (Cristián) del que está enamorada su prima. «Hemos conseguido una obra mjuy fiel a la versión original de Edmond Rostand, más ágil y fluida, donde la importancia del texto radicara en la pabra», concluye Jose Luis.