Cada maestrillo tiene su librillo y algo similar ocurre en una comunidad de vecinos. Por eso, no es de extrañar que existan asociaciones vecinales, creadas para reivindicar las mejoras en los barrios y que actúen como portavoces de las mismas, mediar en los conflictos que surgen… Pero lo que comenzó como una entidad representativa ahora también asume otras competencias como abastecer a los vecinos que no tienen alimentos, ayudar a la gente que ha sido desahuciada, a personas que tienen una renta baja o incluso colaborar con la asistencia social. Desde el portal hemos hablado con el portavoz de una asociación de vecinos de Sevilla para conocer un poco mejor cuáles son las funciones que desempeñan.
Marcos Pérez es el presidente de la Asociación de Vecinos de un barrio conflictivo del municipio sevillano, desde donde observa la realidad del barrio y propone soluciones a los distintos problemas que existen en la zona dentro de sus posibilidades.
-¿De qué forma os afectan las políticas sociales?
Ahora mismo en nuestra zona no existen dichas políticas, por las gestiones del ayuntamiento y del partido que hay actualmente. La gente se tiene que buscar la vida porque los problemas del barrio ahora mismo son las carestías de los vecinos. Con el banco de alimentos que creamos intentamos ayudarles en la medida de lo posible, pero siempre nos encontramos trabas.
-¿Y por qué lo hacéis?
Vivimos en una situación de crisis tan grande que no hacerlo sería inhumano. Desde la asociación de vecinos tratamos de velar por los intereses de los propietarios y de ayudarles con nuestros recursos para que puedan tener una calidad de vida óptima y, por tanto, no existan problemas. Alguien tiene que hacerlo y si tenemos que ser nosotros, con tal de cambiar la situación de injusticia social en la que vivimos, que así sea.
-A la hora de resolver una problemática, ¿quiénes son los agentes del barrio implicados en esta tarea?
Todos nos implicamos pero los agentes que más interactuan en este trabajo son las asociaciones, las agrupaciones y, por supuesto, los colaboradores. Pero toda ayuda es buena, por lo que sería ideal que la gente se implicara más y obtuvieramos una mayor comprensión. Al parecer, hoy en día, nos preocupamos más de los problemas personales pero se obvian los colectivos.
¿Cómo es la relación con las entidades desde la asociación?
Muy buena, la verdad. Trabajamos conjuntamente por la sanidad, la cultura y para frenar los desahucios que aunque parezca que no los hay, sí que existen. Lo único es que hay muy poca gente en las juntas que convocamos desde las asociaciones de vecinos y no manera de que hagan relevo.
¿Tenéis equipos especializados en la gestión de estos conflictos?
Claro, tenemos un cuerpo especial de la policia local, que van de paisanos y actúan como mediadores. Tenemos muy buena relación con quienes se encargan de estos temas y hacen muy buen trabajo. Van a los sitios donde hay problemas y hemos obtenido muy buenos resultados, aunque cada vez son menos. Anteriomrnete, teníamos en esta zona un grupo de mediadores contratados por el ayuntamiento, en el marco del nuevo servicio que ofrecen pero desde hace unos meses cada vez son menos.
¿Cuál es la opinión de los vecinos?
Francamente existen multitud de opiniones al respecto. Hay vecinos que ven a los mediadores como personas que son mientras que otros los miran con recelo.
¿Se implican en la asociación de vecinos en las actividades del barrio?
Naturalmente que sí. En el último pleno del ayuntamiento vinieron los vecinos conmigo a apoyar las reivindicaciones locales, es decir, que si necesitas que estén contigo, ellos están. Y eso es muy importante, de hecho, colaboran más que muchas personas autóctonas. Son muy agradecidos. Parece que a las personas de aquí, si les ayudas es porque es tu obligación, y no lo es realmente.